La carne madurada es un proceso en el que la carne cruda se deja reposar durante un período de tiempo específico en condiciones controladas de temperatura y humedad. Durante este tiempo, enzimas naturales en la carne comienzan a descomponer las fibras musculares, lo que resulta en una mayor ternura y profundización del sabor.
Existen dos métodos principales de maduración de la carne:
Maduración en seco: En este método, la carne se cuelga en un ambiente refrigerado con una temperatura controlada y una humedad baja durante varias semanas. Durante este tiempo, se forma una capa exterior seca en la carne, que se recorta antes de cocinarla. Este proceso permite que las enzimas naturales descompongan las fibras musculares, concentrando el sabor y mejorando la ternura de la carne.
Maduración en húmedo: En este método, la carne se coloca en bolsas al vacío y se deja madurar en un ambiente refrigerado. A diferencia de la maduración en seco, la carne no desarrolla una capa exterior seca, pero aún experimenta un proceso de descomposición enzimática que mejora su sabor y ternura.
La carne madurada tiende a tener un sabor más pronunciado y una textura más tierna en comparación con la carne fresca. Es apreciada por muchos conocedores de la carne por su calidad superior y su perfil de sabor más complejo.
