Hemos escuchado una y otra vez que “somos lo que comemos”. Pero, ¿qué significa realmente esto?
Comer bien va más allá de seguir una dieta de moda o de restringir ciertos alimentos. Es un estilo de vida que abarca desde la elección de los ingredientes hasta la forma en que nos relacionamos con la comida.

El placer de la comida como parte de tu vida
La comida es mucho más que un simple combustible para nuestro cuerpo. Es un placer para los sentidos, una forma de conectar con nuestra cultura y nuestras raíces, y un momento para compartir con nuestros seres queridos. Al integrar la alimentación saludable en nuestro día a día, podemos transformar la comida en una experiencia positiva y enriquecedora.
Comer con atención: Practicar el “mindfulness” (alimentación consciente) al comer nos permite saborear cada bocado, conectar con nuestras sensaciones físicas y emocionales y disfrutar plenamente de la experiencia.
Cocinar en casa: Preparar nuestras propias comidas nos brinda la oportunidad de controlar los ingredientes, experimentar con sabores y crear platos nutritivos y deliciosos.
Compartir las comidas: Comer en compañía de amigos y familiares fomenta el vínculo social y emocional, además de hacer que las comidas sean más agradables.

Más allá de la nutrición: el impacto emocional y social de la alimentación
Nuestra alimentación tiene un impacto profundo en nuestro bienestar emocional y social.
Alimentos que nos hacen sentir bien: Algunos alimentos tienen la capacidad de mejorar nuestro estado de ánimo y reducir el estrés. Por ejemplo, los alimentos ricos en triptófano, como el pavo y el plátano, favorecen la producción de serotonina, un neurotransmisor relacionado con la felicidad.
La comida como herramienta de socialización: Las comidas compartidas son una parte fundamental de muchas culturas y tradiciones. Nos permiten conectar con otros, celebrar ocasiones especiales y fortalecer nuestros lazos sociales.
La alimentación y la sostenibilidad: Al elegir alimentos producidos de forma sostenible, estamos contribuyendo a cuidar el medio ambiente y a apoyar a los agricultores locales.

Consejos prácticos para adoptar un estilo de vida saludable
Planifica tus comidas: Dedica un tiempo cada semana a planificar tus comidas y hacer una lista de la compra. Esto te ayudará a evitar las tentaciones y a asegurarte de tener a mano los ingredientes que necesitas.
Varía tu dieta: Incorpora una amplia variedad de alimentos de todos los grupos alimentarios para asegurarte de obtener todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.
Cocina de forma sencilla: No es necesario pasar horas en la cocina para preparar comidas saludables. Hay muchas recetas sencillas y rápidas que puedes preparar con ingredientes frescos y de temporada.
Escucha a tu cuerpo: Aprende a reconocer las señales de hambre y saciedad para evitar comer en exceso o por aburrimiento.
Sé flexible: No te obsesiones con la perfección. Permítete disfrutar de tus comidas favoritas de vez en cuando sin sentirte culpable.
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